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jueves, 17 de julio de 2008

No es justo trabajar la mente de los niños, si no es para educarlos.

Me considero afortunada porque me tocó vivir el nacimiento de la computación como ciencia, tengo un sinfín de historias para mis nietos que no se la van a creer, sus padres no podrán contarles porque ellos nacieron usuarios de los sistemas, yo los vi nacer.
Esta misma sensación debieron sentir las personas que vieron nacer la TV, y así lo contaron, esta maravillosa caja donde se mueven y hablan personas igual que nosotros logra una aún hoy una misteriosa atracción, de los medios masivos en sin dudas el preferido por todos.
Cuando era niña la hora de ver los Muñe y las Aventuras eran sagradas, de Lunes a Viernes los muñequitos eran de 6 a 7 de la tarde y la aventuras de 7 a 8, en un solo canal porque el otro era de deporte, si te lo perdías no había forma de recuperarlo, no había video para grabar.
Los preferidos eran los muñequitos americanos, Betty Bood, el conejo Rabbit y otros que eran sencillamente irresistibles, no se podía decir lo mismo de los rusos, eran lentos y con historias que no tenían nada que ver con nosotros, Mashenka y el Oso o el Anillo de Abdajá era un castigo, yo me preguntaba, ¿cómo si los yanquis son tan malos logran hacer muñes tan buenos?.
Aún recuerdo las aventuras de las 7, de alguna forma ayudaron a potenciar mi necesidad de leer, historias de reyes, palacios, bellos vestidos, capa y espada, era un sueño, puedo recordar a Enrique de Lagardere, hasta la música me parece escuchar, Veinte mil Leguas de Viaje Submarino, El Conde de Montecristo, y otras tantas, las batallas con espada tumbaban los árboles de cartón del estudio y las ropas de los artistas eran las mismas en todas las aventuras, pero igual eran un encanto y yo me las creía todas.
Las aventuras de las 7:30 tenían un corte político e histórico, recuerdo "Los comandos del silencio" y algunas de la guerra de independencia, dejaban el mensaje de que era justo ajusticiar en nombre de la revolución y que era el único camino, por suerte los enemigos ajusticiados no tenían familia ni niños que lloraban, según la historia, siempre los niños huérfanos que pedían justicia era de los del lado bueno del cuento.

La TV en Cuba después de 1959 siempre ha sido estatal, cada programa es elegido y censurado para que cumpla un objetivo, la programación infantil no estaba exenta de este plan, sobre todo porque se estaba educando la primera generación que no tenía recuerdos del pasado.

Mucha de la programación infantil que actualmente ven mis hijas tampoco es ideal, estimulan el consumismo y la violencia entre superhéroes llenos de poderes que no son humanos, no es justo trabajar las mentes de los niños con ningún propósito que no sea educarlos, yo me pude recuperar, no se mis hijas.

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